RURAL
• En casi todos los países en desarrollo es imprescindible fomentar un desarrollo
agrícola y rural integrador para reducir la pobreza, favorecer el desarrollo sostenible,
aumentar la seguridad alimentaria, preservar el medio ambiente, limitar la migración
forzada y garantizar la paz duradera.
• Aunque la agricultura constituye una actividad empresarial privada, la función que
desempeña en el suministro de bienes públicos a la sociedad en su conjunto no
puede regirse exclusivamente por las reglas de mercado, sino que debe estar
respaldada por políticas públicas sólidas y proactivas.
• La reducción de la pobreza rural es posible siempre que los pobres de las zonas
rurales estén empoderados y se hayan conjugado adecuadamente políticas
propicias e inversiones rurales. Las vías que permiten salir de la pobreza son
variadas. Si bien son sensibles a los efectos de los procesos de alcance mundial,
dependen de las condiciones, las instituciones, las iniciativas y las inversiones
presentes a nivel local. Para abordar esta diversidad se necesita una mayor atención
por parte de los responsables de la formulación de políticas, más espacio normativo
a fin de que los países y las sociedades rurales puedan decidir la senda de
desarrollo que han de seguir, y un mayor número de innovaciones.
• Los habitantes pobres de las zonas rurales, en particular los pequeños agricultores,
son agentes determinantes para aportar soluciones sostenibles a los retos del
mañana, como son lograr que haya alimentos para todos, ordenar de forma
sostenible los recursos naturales y la diversidad biológica, mitigar el cambio
climático y suministrar energía de fuentes renovables. Todas estas cuestiones
constituyen un programa común en el que 2 100 millones de hombres y mujeres
pobres de las zonas rurales desempeñan una función fundamental.
URBANA
empezar a pensar en cómo transformar las playas de estacionamiento en lugares verdes, es decir, menos autos, más recorridos a pie y más posibilidades de consumir aire puro.
