Rayas no es un duende como otro cualquiera. Es un duende a rayas. Cuando
se hace mayor, su familia le aconseja que viaje para que se descubra a
sí mismo y decida de qué color quiere ser. En su viaje aprende muchas
cosas y decide que él no quiere ser un duende de un único color. Será
siempre un duende a rayas. Más adelante, se descubre que hay un duende
negro arrugado. Éste es un duende desdichado, que hace el mal a los
demás resentido por los maltratos que una bruja le causó cuando era
pequeño. Rayas cree que, si se le trata con cariño, el duende negro
arrugado mostrará agradecimiento y se volverá bueno. Rayas tenía razón.
Al final, el duende negro arrugado se vuelve bueno. Rayas ha conseguido
que sea feliz y que ayude a los demás.