q es el siglo de las luces de acuerdo al suguiente texto
EL SIGLO DE LAS LUCES
Aunque parezca contradictorio, las monarquías absolutas contribuyeron al florecimiento de los ideales democráticos. Reyes como Luis XIV permitieron el fortalecimiento de la burgue sia, cuyos intereses, a la larga, se oponían a los de la nobleza, ya que demandaban igualdad de condiciones con esta.
Estos monarcas fueron también llamados Déspotas ilustrados, es decir, gobernantes con un inmenso poder politico e interesados en el cultivo de la razón. Fomentaron la apertura de salo nes, academias, sociedades y teatros desde donde se lanzaron las más importantes críticas al sistema monárquico y se habló por primera vez de la igualdad de derechos de todos los seres humanos.
Por otra parte, el siglo XVIII se autoproclamó el Siglo de las Luces, o Siglo de la Ilustración. Según los intelectuales de la época, fue un siglo en el que la razón humana debía dedicarse a la tarea de iluminar todos aquellos aspectos de la realidad que se habían mantenido en la oscuridad.
Desde esta perspectiva, el Siglo de las Luces fue la continuación de la labor iniciada por los humanistas del Renacimiento. Así como el descubrimiento de América demostró que el mundo era más grande de lo que se creía, las teorías científicas de Galileo y Kepler sirvieron para sos- tener que, por medio del análisis matemático, se podía acceder al conocimiento del cosmos. Cuando Isaac Newton formuló, en la ley de la Gravitación, el principio mediante el cual se podía explicar el movimiento de cualquier cuerpo, reforzó la esperanza en que algún día la humani- dad, mediante el uso de su entendimiento, comprendería el mundo.
Se sentaron de esta manera las bases para la búsqueda de leyes universales: desde los fenó- menos físicos hasta el comportamiento humano podrían ser explicados en virtud de principios establecidos. El proceso de la historia fue entendido entonces como el continuo avance del hom-
bre en la búsqueda de la verdad absoluta: la concepción de Dios basada en la razón. Al mismo tiempo, la razón fue entendida como crítica. Así como los intelectuales buscaron prin
cipios universales, también sometieron al juicio de la razón las políticas gubernamentales, el comportamiento de los monarcas y la razón de existir de la clase de los nobles. Voltaire, Rousseau y Diderot hicieron fuertes críticas a la nobleza, inspirados en principios racionales. Estas criticas alimentaron los ideales de la Revolución francesa de 1789.
Aunque tuvo su origen en Francia, la Ilustración se extendió por toda Europa y América y adqui rió características particulares en cada país.
En Inglaterra y Estados Unidos países en donde se habían llevado a cabo importantes refor- mas políticas y económicas a comienzos del siglo-, se manifestó como desarrollo del espíri tu práctico que condujo a la Revolución Industrial y la colonización americana. En Alemania, donde la burguesía no se había desarrollado con el mismo ímpetu que en Francia, Inglaterra y Estados Unidos, la Ilustración fue un fenómeno particularmente ligado a la actividad acadé mica. Allí fueron las universidades, y no los salones o las sociedades burguesas, las que domi- naron la vida intelectual de la época. Los gobernantes las valoraron, pues allí se educaron las clases dirigentes.
También en los territorios americanos colonizados por España se sintió el influjo de la Ilustración: en ese movimiento surgieron figuras como José Celestino Mutis, e iniciativas como la Expedición Botánica.
El desarrollo de las ciencias y las artes generó en las clases altas el deseo de mejorar su nivel cultural. Muchas damas burguesas organizaron salones literarios, en donde los hombres de letras nobles y burgueses se reunían a charlar sobre temas de actualidad, intercambiaban ideas y leían sus obras. Estas reuniones impulsaron la consolidación de un público culto y de carác ter refinado, que consumía críticamente las obras de arte; también ayudaron a difundir las ideas de democracia e igualdad