El río Biobío en Chile ha sido históricamente considerado más como una frontera que como un límite. Durante el período colonial, el río Biobío marcaba el límite sur de la conquista española y servía como una barrera natural que separaba las tierras controladas por los españoles de las tierras de los pueblos mapuches. Esta demarcación no era una frontera estricta, ya que había interacciones y conflictos entre ambos lados, pero sí representaba una zona de control y resistencia significativa. Por lo tanto, en la práctica, el río Biobío funcionó como una frontera cultural y militar más que como una línea divisoria fija.