Para que una operación interna en un conjunto sea considerada como tal es necesario:
a) que su resultado sea único
b) que su resultado pertenezca al conjunto
Por ejemplo, la radicación en los número reales no verifica la condición a) pues
raíz cuadrada(9) = +3 y -3.
Por ejemplo, la resta en los números naturales no verifica la condición b) pues
5-8 no es un número natural.
Sin embargo, la multiplicación de números reales tiene un único resultado y es un número real. Por tanto es una operación interna.
Pues bien, la condición b) se llama propiedad clausurativa: es decir, que el resultado de una operación pertenezca al conjunto donde está definida y ello es necesario para que la operación sea realmente una operación, esté bien definida.