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Sagot :
El anillo que me diste
fue
de oro y se rompió;
el amor que me tuviste
duro poco y se acabo.
Mis ojos lloran por verte,
mi corazón por amarte,
mis pies por ir donde estás,
mis brazos por abrazarte.
Este es el poyito de agua
donde vengo yo a beber;
no es tanta la sed que tengo,
sino que te quiero ver
En tiempos que te quería
eras un jazmín dorado,
y ahora que no te quiero,
pareces diablo pintado.
Quita perro del camino,
pasa gente y te ve;
por hombre, bien que te quise
y por perro te dejé.
duro poco y se acabo.
Mis ojos lloran por verte,
mi corazón por amarte,
mis pies por ir donde estás,
mis brazos por abrazarte.
Este es el poyito de agua
donde vengo yo a beber;
no es tanta la sed que tengo,
sino que te quiero ver
En tiempos que te quería
eras un jazmín dorado,
y ahora que no te quiero,
pareces diablo pintado.
Quita perro del camino,
pasa gente y te ve;
por hombre, bien que te quise
y por perro te dejé.
Ejemplos de amorfinos: Dicen que el ají maduro pica más que la pimienta, así son las malas lenguas que sin preguntarles, cuentan. Te me declaraste y no te pude decir ni un pero, aunque los dos sabemos que de verdad te quiero. Las aves en la montaña anidan en algodón: yo en cambio quiero anidar dentro de tu corazón. Allá arriba en ese cerro, tengo un pozo de agua clara, donde se baña mi negra, con vino y agua rosada. De tus labios quiero un beso, de tu camisa quiero un botón y de tu pecho tu corazón. Quisiera ser pajarito, con patitas de algodón, para volar a tu pecho y tocarte el corazón. El anillo que me diste fue de oro y se rompió, el amor que me tuviste duró poco y se acabó. La mujer bella y mal genio es parecida al limón, la cáscara es la bonita pero agrio, agrio el corazón. Si amarte fuera verte, si verte fuera perderte, prefiero amarte sin verte, que verte para perderte. Una mujer honesta sabrá buscar a un buen marido, porque cuando el amor es verdadero, se entrega hasta el apellido. Qué culpa tiene la flor de haber nacido en el campo, qué culpa tengo yo de haberte querido tanto. Cuando yo era chiquitito, lloraba por carne asada y ahora que estoy grandecito, lloro por mujer casada. Escucha cómo rumba el eco de los cantores, así retumba en mi pecho el eco de tus amores.
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