karl heinrich ulrich
Todo grupo oprimido, como los gays, necesita sus héroes, necesita su propia historia, sus símbolos, para poder construirse una identidad que le permita constituirse como sujeto político para enfrentarse al poder que le oprime. De ahí la importancia de reconocer y recordar el trabajo de los pioneros en el activismo gay-lésbico, porque sin ellos, hoy no seríamos nada. De ahí también la importancia de la bandera del arcoiris, como símbolo de la comunidad gay en todo el mundo.
Y de ahí también la importancia de recuperar nuestra historia, para que sepamos de dónde venimos, y para que los hechos no se repitan. Este informe trata sobre una de las figuras históricas más importantes de la historia de la homosexualidad contemporánea: Karl Heinrich Ulrichs, la primera persona que luchó por unos derechos homosexuales que, por entonces, ni siquiera podían recibir tal nombre.
La importancia de Ulrichs es inmensa en la historia de la homosexualidad y de los derechos humanos en general, pues fue la primera persona que "naturalizó" la homosexualidad. Abiertamente homosexual en una época en que eso podía costar acabar en la cárcel o en un manicomio, Ulrichs inventó el término Uranismus (Uranismo), la palabra con la que nombró a la homosexualidad y que incluía a las lesbianas (Urninde), a los hombres gay (Urninge), a los bisexuales (Uranodioninge), y a las transpersonas (Zwitter), lo que hoy llamamos transgénero o transexual.
Cuando Ulrichs declaró que los uranianos son seres naturales y no pecadores, enfermos, o criminales, se puede considerar que comienza el movimiento gay moderno. Estableció una nueva manera de enfrentarse a lo que él llamó: "el enigma de la vida", y que incluía la homosexualidad.
Nació el 28 de agosto de 1825 en Westerfeld, cerca de Aurich, en el extremo noroeste de Alemania. En 1835, cuando Karl tiene 10 años, muere su padre (un topógrafo) a consecuencia de las heridas producidas al caerse de un caballo. Karl tiene entonces que cancelar su fiesta de cumpleaños y una cita que tenía con un chico que ya por entonces le gustaba. Ulrichs contará más tarde sus sentimientos a esa edad, convirtiéndose así en la primera persona en la que habla de los deseos sexuales en la niñez.
