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Sagot :
Ya a finales de la Edad Media aparecen las identidades nacionales no sólo como la tierra de los antepasados, sino con connotaciones territoriales y políticas, y de ahí surge la idea de “soberanía nacional” y un primitivo concepto de frontera. A mediados del siglo XIV la economía europea está en plena expansión, con un mercado hambriento de productos de lujo y, debido a la expansión turca, se abre la vía atlántica, con Portugal y España en unas inmejorables condiciones, por su experiencia marítima, para iniciar la aventura de los descubrimientos. Las motivaciones son de tipo muy diverso:
- Económicas, pues se buscan nuevas fuentes de riqueza, beneficios comerciales y energía barata en forma de mano de obra esclava. Las letras de cambio y otros métodos fiduciarios no habían alcanzado todavía un gran desarrollo y por eso había una importante demanda de oro, que se pretende buscar en el territorio africano, de donde se traían también esclavos. Se buscaban igualmente otros productos como azúcar, tintes, drogas, además de las ansiadas y codiciadas especias y condimentos.
- Políticas. España y Portugal conocían bien las disputas y enfrentamientos con los estados islámicos y temían como nadie la expansión de los musulmanes en África y del Imperio turco. En realidad, las expediciones a África vienen a ser una continuación de la Reconquista, en España impulsada por los Reyes Católicos y en Portugal por la dinastía de Avis, especialmente por Enrique el Navegante.
- Sociales. Las personas que se embarcaban en estas expediciones lo hacían en su mayoría impulsadas por el posible aumento de su status social, sobre todo en el caso de los plebeyos. Portugal necesitaba además tierras de cultivo, porque la carencia de oro conllevaba devaluaciones monetarias, que desvalorizaban las rentas de la tierra, prácticamente la única fuente de ingresos de la nobleza.
- Culturales. El Renacimiento impulsa a los humanistas al deseo de conocer el mundo y sus secretos, de encontrar textos antiguos y aprender de otras civilizaciones, así como a sentir el impulso de las ansias de aventura.
- Religiosas. Se deseba alejar el peligro islámico, pero también ganar nuevos fieles y tierras para la religión cristiana. Hay en cierto modo un nuevo espíritu de conquista y de cruzada.
El conocimiento de la brújula era ya antiguo y en el siglo XIII su uso estaba generalizado en todo el Mediterráneo. Además, existía la suficiente formación científica para tener buenos conocimientos teóricos de la navegación astronómica, aunque luego en la práctica los problemas fuesen mayores. Hasta el siglo XVI la navegación oceánica en Europa se ligaba al régimen de vientos y corrientes, pero entre 1340 y 1420 se alcanzan las Canarias y las Azores, con vientos estacionales que eran desconocidos por los navegantes europeos. Esta experiencia se volvió insustituible y los archipiélagos fueron pronto un punto de referencia para las empresas oceánicas. Son los portugueses quienes dan a conocer en 1441 la CARABELA.
Se trataba de un navío de pequeño tonelaje, con tres mástiles y poco calado, pero muy veloz y capaz de enfrentarse con éxito a olas de más de diez metros de altura. A pesar de su pequeño tamaño, podía llevar su tripulación, una tropa armada y los suficientes víveres para permanecer en el mar durante un largo período de tiempo.
También en esta época se desarrollan la cosmografía y la cartografía, como consecuencia pero también a causa de la necesidad de las exploraciones y descubrimientos. Los mapas y atlas se convierten para los reyes y hombres de estado en símbolos de poder e instrumentos valiosos en la política y en el orden militar. Destaca especialmente el geógrafo flamenco Gerhard Kremer, conocido como Mercator, que publica una obra llamada Atlas sive Cosmographicae Meditationis...
- Económicas, pues se buscan nuevas fuentes de riqueza, beneficios comerciales y energía barata en forma de mano de obra esclava. Las letras de cambio y otros métodos fiduciarios no habían alcanzado todavía un gran desarrollo y por eso había una importante demanda de oro, que se pretende buscar en el territorio africano, de donde se traían también esclavos. Se buscaban igualmente otros productos como azúcar, tintes, drogas, además de las ansiadas y codiciadas especias y condimentos.
- Políticas. España y Portugal conocían bien las disputas y enfrentamientos con los estados islámicos y temían como nadie la expansión de los musulmanes en África y del Imperio turco. En realidad, las expediciones a África vienen a ser una continuación de la Reconquista, en España impulsada por los Reyes Católicos y en Portugal por la dinastía de Avis, especialmente por Enrique el Navegante.
- Sociales. Las personas que se embarcaban en estas expediciones lo hacían en su mayoría impulsadas por el posible aumento de su status social, sobre todo en el caso de los plebeyos. Portugal necesitaba además tierras de cultivo, porque la carencia de oro conllevaba devaluaciones monetarias, que desvalorizaban las rentas de la tierra, prácticamente la única fuente de ingresos de la nobleza.
- Culturales. El Renacimiento impulsa a los humanistas al deseo de conocer el mundo y sus secretos, de encontrar textos antiguos y aprender de otras civilizaciones, así como a sentir el impulso de las ansias de aventura.
- Religiosas. Se deseba alejar el peligro islámico, pero también ganar nuevos fieles y tierras para la religión cristiana. Hay en cierto modo un nuevo espíritu de conquista y de cruzada.
El conocimiento de la brújula era ya antiguo y en el siglo XIII su uso estaba generalizado en todo el Mediterráneo. Además, existía la suficiente formación científica para tener buenos conocimientos teóricos de la navegación astronómica, aunque luego en la práctica los problemas fuesen mayores. Hasta el siglo XVI la navegación oceánica en Europa se ligaba al régimen de vientos y corrientes, pero entre 1340 y 1420 se alcanzan las Canarias y las Azores, con vientos estacionales que eran desconocidos por los navegantes europeos. Esta experiencia se volvió insustituible y los archipiélagos fueron pronto un punto de referencia para las empresas oceánicas. Son los portugueses quienes dan a conocer en 1441 la CARABELA.
Se trataba de un navío de pequeño tonelaje, con tres mástiles y poco calado, pero muy veloz y capaz de enfrentarse con éxito a olas de más de diez metros de altura. A pesar de su pequeño tamaño, podía llevar su tripulación, una tropa armada y los suficientes víveres para permanecer en el mar durante un largo período de tiempo.
También en esta época se desarrollan la cosmografía y la cartografía, como consecuencia pero también a causa de la necesidad de las exploraciones y descubrimientos. Los mapas y atlas se convierten para los reyes y hombres de estado en símbolos de poder e instrumentos valiosos en la política y en el orden militar. Destaca especialmente el geógrafo flamenco Gerhard Kremer, conocido como Mercator, que publica una obra llamada Atlas sive Cosmographicae Meditationis...
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