La corrosión se define como el deterioro de un material a consecuencia de un ataque electroquímico
por su entorno. De manera más general, puede entenderse como la
tendencia general que tienen los materiales a buscar su forma más
estable o de menor energía interna. Siempre que la corrosión esté originada por una reacción electroquímica (oxidación),
la velocidad a la que tiene lugar dependerá en alguna medida de la
temperatura, de la salinidad del fluido en contacto con el metal y de
las propiedades de los metales en cuestión. Otros materiales no
metálicos también sufren corrosión mediante otros mecanismos. El proceso
de corrosión es natural y espontáneo.