Un Termómetro de Mercurio es el más común de ellos, aunque en la actualidad existen los digitales con una pantalla de cristal líquido (LCD: Liquid Cristal Display) y su sensor respectivo.
El mismo se construye con mercurio líquido que se coloca en un pequeño envase de vidrio en cual posee en su parte inferior un bulbo que contiene el mercurio, y envolviendo a todo esto otro recubrimiento de vidrio con escala graduada y calibrada para marcar o medir los cambios de temperatura mediante la dilatación del mercurio que por el fenómeno de capilaridad asciende o desciende dentro del primer envase, marcando la temperatura del medio o sustancia bajo estudio
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