Desde los orígenes de Roma, el pueblo se dividía en dos partes: los patricios y los plebeyos. La diferencia de ambos es que los patricios eran descendientes de los primero habitantes de Roma mientras que los plebeyos, vinieron después.
Cuando Roma se enriqueció, los patricios consiguieron muchas tierras y con su explotación.
Los plebeyos no consiguieron nada, aunque estaban en el ejército.
Por eso, los plebeyos se rebelaron contra los patricios negándose a luchar en una época en las que las guerras eran constantes, así consiguieron una magistratura llamada tribuno, que podía vetar las leyes del pueblo y admitir a un cónsul plebeyo.
La asamblea más poderosa era el Senado, formado por 600 jefes de las familias patricias