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Sagot :
El mercader y el genio Hubo una vez un mercader que era dueño de inmensas riquezas en esclavos, oro y joyas. Viendose obligado a tomar un viaje para arreglar ciertas cosas, se aprovisiono de galletas y bebidas para alimentarse, mientras su viaje por el desierto. Partió, y en unos días llego a su destino, puso en claro sus negocios y emprendió el regreso. Cansado por el caliente sol, su rostro se alegro al descubrir un pequeño oasis a un lado del camino. Se dirigió a el y, cuando llego a la fresca sombra de los árboles, bajo del caballo y se sentó. Y saco lo que quedaba de sus últimas provisiones. Los huesos los fue arrojando a su alrededor, y, concluido su banquete, se lavo las manos y los pies como buen musulmán. Hallase en esta postura, cuando apareció ante el un genio muy alto. Y le dijo al aterrorizado viajero -acabas de matar a mi hijo y ahora tu deberás Morir. Y el mercader respondió-que crimen he cometido-¿como he podido matar a tu hijo si no le he visto?- -vas a negar que tirate los huesos de tu comida- dijo el genio. Eso es verdad y no lo niego;-has de saber que mi hijo iba pasando al lado tuyo y le cayó un hueso en el ojo. El mercader sintió que le quedaban pocos minutos de vida. -soy inocente- aclaro el mercader.He matado a tu hijo pero lo hice involuntariamente—perdóname- . Al hablar así se acordó de su esposa y de sus hijos, a los que ya no vería más. Cuando el genio iba a dejar caer la espada sobre la cabeza del mercader… el mercader dijo: -os pido una sola merced antes de perder la vida- /déjame libre mientras que me despido de mi familia y arreglo mis negocios… Luego volveré lo juro por dios. Si no lo cumplo acaba conmigo. En un año regresare te lo juro. -no olvides que lo has jurado ante dios- dijo el genio. Cuando el mercader llego a su casa su familia lo recibió con gran alegría, pero el le contó a su familia su triste aventura. Su esposas he hijos no paraban de llorar. El mercader pago sus deudas, repartió limosnas entre los pobres, dio regalos a sus amigos y repartió su hacienda entre sus hijos. Y dio libertad a todos sus esclavos. Luego se despidió de su familia y cabalgo hasta donde le esperaba el genio
El mercader y el genio Hubo una vez un mercader que era dueño de inmensas riquezas en esclavos, oro y joyas. Viendose obligado a tomar un viaje para arreglar ciertas cosas, se aprovisiono de galletas y bebidas para alimentarse, mientras su viaje por el desierto. Partió, y en unos días llego a su destino, puso en claro sus negocios y emprendió el regreso. Cansado por el caliente sol, su rostro se alegro al descubrir un pequeño oasis a un lado del camino. Se dirigió a el y, cuando llego a la fresca sombra de los árboles, bajo del caballo y se sentó. Y saco lo que quedaba de sus últimas provisiones. Los huesos los fue arrojando a su alrededor, y, concluido su banquete, se lavo las manos y los pies como buen musulmán. Hallase en esta postura, cuando apareció ante el un genio muy alto. Y le dijo al aterrorizado viajero -acabas de matar a mi hijo y ahora tu deberás Morir. Y el mercader respondió-que crimen he cometido-¿como he podido matar a tu hijo si no le he visto?- -vas a negar que tirate los huesos de tu comida- dijo el genio. Eso es verdad y no lo niego;-has de saber que mi hijo iba pasando al lado tuyo y le cayó un hueso en el ojo. El mercader sintió que le quedaban pocos minutos de vida. -soy inocente- aclaro el mercader.
Espero q te sirva :)
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