Lo que quiere decir es que la luz puede ser considerada como un conjunto de partículas, llamadas fotones, y que éstos se ven afectados por la acción de campos gravitatorios. Las condiciones son que la intensidad del campo gravitatorio sea descomunal (agujeros negros) y que la luz se propague en el vacío (de ese modo la masa de cada fotón es distinta de cero, aunque realmente despreciable).
En estas condiciones, la luz puede propagarse con una trayectoria curvilínea en lugar de rectilínea.