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Sagot :
A LEYENDA DE LOS HERMANOS AYAR
Según Juan Betanzos(1551), en su obra Suma y narración de los Inca, el dios Wiracocha , después de ordenar el mundo, hizo salir de la cueva de Pacaritambo a cuatro parejas de hermanos: Ayar Cachi y Mama Huaco, Ayar Uchu y Mama Ipacura, Ayar Auca y Mama Rahua, Ayar Manco y Mama Ocllo.
De Pacaritambo se dirigieron a un cerro llamado Huanacaure. Desde la cumbre del cerro, Ayar Cachi lanzó unas piedras con su honda, quebrando cuatro cerros.
Temerosos anta la fuerza de Ayar Cachi sus hermanos decidieron librarse de él y regresaron a la cueva de Pacaritambo con el pretexto de recoger algunos objetos de oro que habían olvidado. Una ven en la cueva, lograron encerrar a Ayar Cachi en usu interior. Los demás hermanos volvieron a Huanacaure y luego siguieron rumbo a la quebrada de Managua, cercana al Cusco.
Estando allí, Ayar Uchu voló al cielo para hablar con su padre el Sol, trayendo el encargo de cambiar el nombre de Ayar Manco por Manco Cápac. Luego de transmitir el mensaje se convirtió en un índole de piedra. Manco Càpac. Ayar Auca y las cuatro mujeres sembraron coca y ají en su pueblo cercano a Matagua, y luego bajaron al Cusco donde fueron reconocidos como “Hijos del Sol”.
LA LEYENDA DE MANCO CÁPAC Y MAMA OCLLO
Esta leyenda fue narrada por el Inca Gracilazo de la Vega, en sus Comentarios Reales. En ella dice que el Sol, compadecido por el estado de salvajismo en el que vivían los hombres, hizo salir del lago Titicaca a una pareja de hermanos y esposo: Manco Cápac y Mama Ocllo.
Ellos recibieron el encargo de dirigirse hacia el norte llevando una vara de oro, la cual periódicamente debían tratar de hundir en el suelo hasta encontrar un lugar donde la vara entrase fácilmente y pudieran establecerse. Esto ocurrió al pie del cerro Huanacaure, donde convocaron a todos los pobladores de las áreas vecinas. Allí, los convencieron de su origen divino e iniciaron su labor civilizadora. Manco Cápac enseño a los hombres a cultivar la tierra sembrar maíz, hacer canales de riego y construir sus casas. Mama Ocllo enseñó a las mujeres a hilar y tejer para hacer vestidos de lana y algodón.
Según Juan Betanzos(1551), en su obra Suma y narración de los Inca, el dios Wiracocha , después de ordenar el mundo, hizo salir de la cueva de Pacaritambo a cuatro parejas de hermanos: Ayar Cachi y Mama Huaco, Ayar Uchu y Mama Ipacura, Ayar Auca y Mama Rahua, Ayar Manco y Mama Ocllo.
De Pacaritambo se dirigieron a un cerro llamado Huanacaure. Desde la cumbre del cerro, Ayar Cachi lanzó unas piedras con su honda, quebrando cuatro cerros.
Temerosos anta la fuerza de Ayar Cachi sus hermanos decidieron librarse de él y regresaron a la cueva de Pacaritambo con el pretexto de recoger algunos objetos de oro que habían olvidado. Una ven en la cueva, lograron encerrar a Ayar Cachi en usu interior. Los demás hermanos volvieron a Huanacaure y luego siguieron rumbo a la quebrada de Managua, cercana al Cusco.
Estando allí, Ayar Uchu voló al cielo para hablar con su padre el Sol, trayendo el encargo de cambiar el nombre de Ayar Manco por Manco Cápac. Luego de transmitir el mensaje se convirtió en un índole de piedra. Manco Càpac. Ayar Auca y las cuatro mujeres sembraron coca y ají en su pueblo cercano a Matagua, y luego bajaron al Cusco donde fueron reconocidos como “Hijos del Sol”.
LA LEYENDA DE MANCO CÁPAC Y MAMA OCLLO
Esta leyenda fue narrada por el Inca Gracilazo de la Vega, en sus Comentarios Reales. En ella dice que el Sol, compadecido por el estado de salvajismo en el que vivían los hombres, hizo salir del lago Titicaca a una pareja de hermanos y esposo: Manco Cápac y Mama Ocllo.
Ellos recibieron el encargo de dirigirse hacia el norte llevando una vara de oro, la cual periódicamente debían tratar de hundir en el suelo hasta encontrar un lugar donde la vara entrase fácilmente y pudieran establecerse. Esto ocurrió al pie del cerro Huanacaure, donde convocaron a todos los pobladores de las áreas vecinas. Allí, los convencieron de su origen divino e iniciaron su labor civilizadora. Manco Cápac enseño a los hombres a cultivar la tierra sembrar maíz, hacer canales de riego y construir sus casas. Mama Ocllo enseñó a las mujeres a hilar y tejer para hacer vestidos de lana y algodón.
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