Al decapitar a la rana se rompe con la función de relación que controla el sistema nervioso central. La rana se mueve, pero en una serie de espasmos musculares provenientes del sistema nervioso periféricos, hasta que el volumen de sangre es menor del necesario para que el corazón pueda bombear la que queda hasta los órganos esenciales. En ese momento se produce un fallo multiorgánico y desaparecen la respiración y la circulación.