Cantaban los pajaros, era azul el cielo, era el sol dorado, se abrian las flores, y el aura de la mañana llevaba
al palacio del rey moro el perfume de los jardines.
Casilda estaba muy triste, y se asomo a la ventana para distraer sus melancolias .
Los jardines le parecieron entonces tan bellos, que no pudo resistir a su encanto y bajo a pasear su tristeza
por sus olorosas enramadas.
Cuentan que el angel de la compasion, en forma de hermosisima mariposa, le salio al paso
y encanto su corazo