Luis Cadalso es un niño que en la escuela no tiene amigos, a excepción de uno: Silvestre Murillo. Sus compañeros se burlan de él, llamándole Miau. Silvestre le dice que es porque su abuela y sus tías cuando van a la ópera parecen tres gatitos, ya que su cara se parece a la de los gatos y son muy relamidas. Su abuelo Ramón Villaamil estuvo trabajando en Hacienda, llegando a estar hasta en Filipinas o en Cuba. Ahora, a dos meses de su jubilación está cesado, y necesita trabajo para poder cobrar la pensión. De momento sobrevive con cartas que escribe a sus amigos pidiéndoles dinero o trabajo. Estas cartas las hace llegar a su destinatario su nieto Luis, que una vez tuvo una visión de Dios, que le dijo, aparte de que tenía que estudiar más, que su abuelo no conseguiría trabajo. En esta situación llega Víctor Cadalso, el padre de Luis Cadalso, que después de haber trabajado en Valencia para la Administración, ahora está cesado y sin techo. Se presenta en casa de Ramón diciendo que pagaría su estancia, algo que no podían rechazar. El trabajo en Hacienda de Víctor era mucho menos honrado que el que desempeñó Villaamil, ya que Víctor tiene la capacidad de convencer a todo el mundo. La situación económica de la familia es tan mala que se plantea vender muebles caros del salón de visitas, pero Pura, (La mujer de Ramón), Milagros (La hermana de Pura), y Abelarda, (La hija de Ramón y Pura), intentan convencer a Ramón de que no es necesario, para que las visitas no sospechen de su mal momento económico. Siguen intentando aparentar su buena posición social en la Ópera, a la cual van todos los días gracias a Ponce, el novio de Abelarda; ella mantiene su noviazgo con Ponce porque su posición económica y la herencia que dejaría su tío convienen a la familia. Víctor intenta hacer que Abelarda se enamore de él, y deje a Ponce, pero cuando Abelarda intenta acercarse a él, Víctor no le hace caso. El endeudamiento de Ramón es cada vez mayor, y en estas Víctor consigue de nuevo el trabajo, mientras que Ramón, cuando va al ministerio a
