Las revoluciones clentíficas
Thomas Kuhn fue un filósofo estadounidense que
planteó un análisis histórico de la ciencia, no como
una simple sucesión de acontecimientos, sino como
una reconstrucción de la imagen de la ciencia a partir
de
la historia de la investigación científica. Kuhn dis-
tingue entre prehistoria e historia de la ciencia.
En la prehistoria de la ciencia, había variedad de mé-
todos para observar la naturaleza y sus fenómenos.
En cambio, cuando la ciencia adquiere un paradig-
ma, logra un princípio de unidad para su desarrollo y
la determinación de un campo propio de problemas,
métodos e instrumentos para su solución. Todas las
ciencias consiguieron esto después de Isaac Newton
(1643-1727), a excepción de la geometría, que lo logró
con Euclides (siglo IV a. C.), y de la astronomía, con
Ptolomeo (siglo I d. C.).
Según Kuhn, un paradigma es el conjunto de reali-
zaciones científicas universalmente reconocidas que
durante un cierto tiempo proporcionan modelos de
problemas y soluciones a una comunidad científica.
En la historia de la clencia, hay largos perlodos en
los que domina un paradigma. No obstante, existen
coyunturas en las que el modelo establecido entra en
crisis y ocurre una revolución científica que establece
un paradigma diferente al anterior.
Casos de revoluciones científicas
En astronomía,
las ideas de
Copérnico
(siglo XVI), que
reemplazaron
el sistema de
Ptolomeo.
En química,
la aparición de
la teoría sobre
la combustión
del oxígeno de
Lavolsler (siglo
XVIII).
En física, la
teoría de la
relatividad de
Einstein
(siglo XX),
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Implicaciones éticas en el avance cientifico
La ciencia posce un gran potencial que puede ser
utilizado para fines tan diversos como la curación de
enfermedades o la fabricación de armas destructivas.
Por ello, requieren de una reflexión ética.
Ciencia y ética profesional
Hoy en día, los científicos considoran necesario traba-
jar con principlos éticos en su taren de investigación.
La medicina es, probablemente, la disciplina más
antigua en cuanto a la fijación de normas y principios
éticos. El Juramento de Hipócrates, médico griego
del siglo V a. C., fue la base de la Declaración de Gi-
nebra de 1948 sobre los principios de moral médica.
Entre estos, los más relevantes son los siguientos:
• El principio de beneficencia. Que implica que la
acción del médico ha de tener siempre como finall-
dad última el bien del paciente.
• El principio de autonomía. Que obliga a los mé-
dicos a no realizar tratamientos que conlleven ries-
gos ni a desarrollar experimentos de investigación
médica sin el libre consentimiento de la persona.
• El principio de justicia. Que plantea seriamente
la cuestión de cómo distribuir los recursos econó-
micos de los que dispone una sociedad para preser-
var la salud de los ciudadanos.
El control ciudadano
Para avanzar hacia un mundo mejor, no solo los pro-
fesionales deben autocontrolar sus acciones. La ciu-
dadanía debe recobrar su protagonismo en aquellas
cuestiones en las que está en juego la vida de las per-
sonas, las libertades cívicas o la protección del medio
ambiente. Para ello, es fundamental que los ciudada-
nos asuman las siguientes inlclativas:
• Informarse seriamente sobre las implicancias
éticas del progreso.
• Participar en el debate público y en la toma de
decisiones sobre asuntos como la influencia de los
medios de comunicación, la ingeniería genética, etc.