LA LEYENDA DEL GIRASOL.
Piravú y Mandió, los caciques de dos tribus vecinas, vivían a orillas del río Paraná y eran muy buenos amigos, por eso entre sus
pueblos rcinaba la paz,
Un día Mandió quiso unir para siempre las dos tribus y para eso le pidió a
Firagú que le permitiera casarse con su hermosa hija Carandaí.
Pirayú le respondió angustiado que eso seria imposible, porque desde pequeña
ella sentia ura gran admiración por el Sol, y se pasaba los días sentada a orillas
del río mirándolo
brillar en el cielo, y que, durante las noches y los dias
nublados
, sólo lloraba y lloraba, hasta que el sol volvía a aparecer
El cacique Mandić se enojó mucho y se alejó sin decir ni una palabra.
Pasaron los días y las dos tribus, aunque se extrañaban, no volvieron a saber una de la otra.
Una hermosa tarde, Carandaí se encontraba navegando en su canoa y disfrutaba de la puesta del sol, cuando vio que su aldea
estaba rodeada de fuego. Remó con fuerza hasta alcanzar la orilla y así se encontró con Mandió que le dijo:
Si quieres que mi tribu ayude a apagar el fuego de la tuya, tienes que casarte conmigo.
El Sol al escuchar esto, envolvió a la niña en una luz muy brillante y envió algunas nubes a que ayudasen a Pirayú y a su gente
Finalmente la tribu pudo salvarse, y allí donde estaba Carandaí, apareció una hermosa flor. color amarillo dorado, con un largo
tallo.
Era un girasol que, al igual que la indiecita, sigue siempre con su cara el recorrido del sol.
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